El éxito en los estudios y la importancia de una buena planificación

Decía Pitágoras, que “con orden y tiempo se encuentra el secreto de hacerlo todo, y de hacerlo bien”.

En otras palabras, 2.500 años atrás, ya se sabía que el camino para triunfar en cualquier ámbito consiste en realizar una buena planificación de tus objetivos.

Además, es importante que esos objetivos sean realistas, ya que, si somos demasiado ambiciosos, probablemente el esfuerzo que tengamos que hacer sea tan abrumador que terminemos fracasando.

Por el contrario, la estrategia que ha demostrado ser más eficaz es la que consiste en una planificación que incluya cambios pequeños pero constantes, ya que, de este modo, estos cambios acaban convirtiéndose en un hábito.

Lo interesante en todo caso, sería que nuestros jóvenes aprendiesen cuanto antes a planificarse de este modo. Que autónomamente se fijasen pequeños objetivos, y, sobre todo, que los cumpliesen. Pueden ser cosas sencillas como levantarse 10 minutos antes para no empezar el día tan apurados, repasar los apuntes 15 minutos cada día o empezar los trabajos el mismo día en que se los han puesto para dejar de procrastinar.

Incorporar estos y otros hábitos y entender sus beneficios, les proporciona una sensación de seguridad y de control sobre sí mismos, y les anima a seguir mejorando a través de pequeños objetivos que les resultan fáciles de conseguir.

Por nuestra parte, y debido a nuestra estrecha vinculación con el mundo de la educación, somos conscientes de la importancia de una buena planificación, especialmente cuando ésta se refiere a la etapa estudiantil. Por este motivo decidimos incluir en nuestra agenda Meridian, técnicas basadas en un método de mejora continua para guiar al estudiante hacia el éxito personal, académico y profesional.

Con un formato de semana/vista, la agenda incluye un espacio semanal donde el alumno puede indicar cuáles son los objetivos académicos a conseguir, así como un espacio para la recompensa que logrará en caso de cumplirlos.

También incluye apartados donde puede fijarse objetivos más a largo plazo, que pueden ser de tipo personal o académicos, así como gráficos para ver sus progresos. Y es que una vez el alumno se compromete consigo mismo, los resultados de planificar estratégicamente resultan cuanto menos, sorprendentes.

Para terminar, y citando esta vez a Benjamin Franklin “Por cada minuto dedicado a la organización, se gana una hora».